Capítulo 14
Cuando llegaron al castillo Thepes, la casa de
Lestat, el ambiente era desolador. Parecía como si hace muchísimos años alguien
no pisaba ese castillo. Blodwyn tocó la puerta muchas veces pero sin respuesta.
Fue entonces cuando se le ocurrió algo.
- Soy Blodwyn Lestrange. Hijo de Agnes
Lioncurt. Nieto de Lestat y Pandora Lioncurt.
En ese momento, la aldaba de hierro con cabeza
de demonio brilló, la puerta se comenzó a abrir. No sabía por qué tenía la
seguridad de que si se presentaba ante la aldaba, esta dejaría pasar a los
cuatro chicos.
- Bienvenidos a nuestra nueva guarida. – Dijo
Blodwyn con una sonrisa.
- La guarida de los renegados de Durmstrang. –
Dijo Benjamín con cara triunfal.
- creo que debemos limpiar un poco esto antes.
– Dijo Arnold tocando una mesa blanca por el polvo.
- y debemos asegurarnos que mi abuelo no este.
– dijo Blodwyn algo preocupado.
- ¿Pero que tu padrino no había dicho que
estaba muerto? – Preguntó Thorfinn.
- Se supone. Pero viví tantos años con vampiros
que prefiero asegurarme.
Todo ese día limpiaron el castillo y se
aseguraron que Lestat estuviera muerto. Benjamín se encontró con la
desagradable noticia.
- ¡Chicos vengan rápido! – Gritó Benjamín con terror.
- ¿Qué pasa? – Preguntó Blodwyn una vez todos
juntos. Abre los ojos asustado cuando se encuentra con el ataúd de su abuelo,
con una estaca clavada en un montón de polvo.
- Eso se supone… ¿es tu abuelo? – pregunto
sorprendido Arnold.
- Así parece, pero es así como lo quería ver…
Blodwyn agitó la varita, y movió el polvo hasta
la bolsa de basura, y se dirigió donde estaba para seguir limpiando.
Cuando estuvo todo listo, llamaron a Augustus
Rosier. Cuando llegó al castillo y le explicaron la situación que estaban
teniendo, así que él los ayudaría a entrar en Hogwarts y poder terminar su
enseñanza mágica.
- Como
les digo, es importante que terminen el colegio. – Dijo Rosier serio.
- El
problema es que no sabemos si nos aceptarán en Hogwarts. – dijo Blodwyn
preocupado.
- Eso
lo veremos. – Rosier se levantó sigilosamente y se despidió de los chicos.
Pasaron varios días como si nada en la mansión
Thepes. Los renegados de Durmstrang disfrutaban de su apacible vida en el
castillo. Una noche como cualquier otra, Blodwyn no podía conciliar el sueño.
Miraba atentamente la luna llena que se veía a través de la ventana de su
habitación. Blodwyn pensaba en que estaría pasando en Durmstrang ahora, quizás
todos estaban buscando a los cuatro estudiantes que se habían fugado del
colegio. De pronto, extrañamente comenzó a salir un olor a azufre. Blodwyn
extrañado se levantó de su cama y comenzó a seguir el rastro, para ver que era
lo que emanaba ese extraño olor. El olor, lo llevó directamente al ropero,
donde se escuchaba ruido, como si un ratón estuviera hurgueteando. Abrió la
puerta haciendo crujir la madera, y ahí estaba él.