Capítulo 2:
- Soy… Arcanus Gaunt –dijo el extraño hombre.
Una incontenible fuerza impulsó las manos de Alucard, que se cerraron en torno al cuello del joven. Con furia lo arrojó contra una de las paredes del pasillo, donde su cuerpo resonó sordamente. La puerta de calle se cerró por arte de magia, y el asustado hombre miró a Alucard desde el suelo.
- ¡Te han enviado los Black! ¿Verdad? –espetó Alucard levantándolo del suelo y estampándolo en la pared- ¡Confiesa, pedazo de mierda! –chilló golpeándolo insistentemente contra la muralla.
- No señor –repetía Arcanus, suplicante-. Soy un Lestrange, como usted. Por favor, créame.
- ¡Mientes! –gritó Alucard- Los Black y los Gaunt son parientes. ¿Cómo vas a ser Lestrange y estar mezclado con esas… cosas?
- Señor, por favor… Soy Arcanus Gaunt Lestrange –dijo él con un hilo de voz.
Con furia, Alucard aventó al joven contra la puerta, y lo amenazó con voz peligrosa, apuntándole con la varita:
- Si no te vas en este instante, o me dices quién eres de verdad, te mataré.
- Señor, escúcheme, le digo la verdad ¿Cree usted que si yo no fuera un Lestrange –preguntó sacando un colgante de entre sus extrañas ropas- tendría esto?
Ese símbolo… Alucard lo conocía bien. Eran una línea vertical rodeada por un círculo, dentro de un triángulo: el símbolo de las Reliquias de la Muerte. Y no sólo eso, de cada punta del triángulo nacía un dragón. Era el escudo Lestrange.
- ¿Cómo…? –balbuceó Alucard anonadado, pero recuperó el tono agresivo de inmediato-. ¿Cómo mierda conseguiste eso?
- Soy un Lestrange –explicó él, sosteniendo el colgante, aparentemente de oro goblin, con una mano-. Obviamente, esto no existe aún, pero pronto estará en manos de su hijo…
- ¿Cómo sabes de mi hijo? –interrumpió el vampiro a la defensiva.
- ¿De Blodwyn? Soy su bisnieto, señor.
- ¿Cómo puedes ser el bisnieto de mi hijo, si apenas tiene cuatro meses de vida? –preguntó Alucard en los límites de su paciencia.
- Vengo del futuro, señor…
- ¡Vasta ya de mentiras! –explotó Alucard y apuntando a Arcanus directamente entre los ojos exclamó- ¡Legeremens!
Arcanus estaba de pie en el abarrotado sótano de la casa… Pero qué extraño, si Alucard, que acababa de mudarse, lo tenía vacío. El joven caminó hacia un viejo cofre que había llamado su atención… “El cofre de Lestat” recordó el vampiro al verlo.
Arcanus lo abrió, revelando un revuelto contenido. Alucard ahogó un grito al reconocer su propia varita ¿Cómo podía esa varita estar ahí si él la tenía en la mano en ese momento?, También había una muy llamativa: negra, con un murciélago revelando sus colmillos tallado en el mango.
Arcanus extrajo entonces un gran pergamino con el dibujo de un árbol genealógico, firmado por la letra solemne de Paulo Lestrange Peverell, nombre que dejó al vampiro sorprendido ¿Quién era él?. Pero eso no era lo único extraño del árbol: de la rama con el nombre de “Alucard Caelicus Lestrange” descendía “Blodwyn Armand Lestrange”, de él “Roran Nergal Lestrange” y de la hija de éste, “Helena Lumoria Lestrange”, el tal “Arcanus V.A.B. Gaunt”.
¿Pero cómo era posible? ¿Acaso Arcanus tenía razón, y lo que veía eran sus recuerdos traídos desde el futuro? Y por fin Alucard comprendió: “Arcanus, el que conoce el futuro”. Aunque le costaba creerlo, al parecer Arcanus sí era su tataranieto…
De pronto, una mano en su espalda comenzó a arrastrarlo hacia atrás, y el sótano se desvaneció. Alucard aterrizó en la realidad tambaleándose y afirmado de una pared para no caer.
Ya todo estaba claro para él.
- Soy… Arcanus Gaunt –dijo el extraño hombre.
Una incontenible fuerza impulsó las manos de Alucard, que se cerraron en torno al cuello del joven. Con furia lo arrojó contra una de las paredes del pasillo, donde su cuerpo resonó sordamente. La puerta de calle se cerró por arte de magia, y el asustado hombre miró a Alucard desde el suelo.
- ¡Te han enviado los Black! ¿Verdad? –espetó Alucard levantándolo del suelo y estampándolo en la pared- ¡Confiesa, pedazo de mierda! –chilló golpeándolo insistentemente contra la muralla.
- No señor –repetía Arcanus, suplicante-. Soy un Lestrange, como usted. Por favor, créame.
- ¡Mientes! –gritó Alucard- Los Black y los Gaunt son parientes. ¿Cómo vas a ser Lestrange y estar mezclado con esas… cosas?
- Señor, por favor… Soy Arcanus Gaunt Lestrange –dijo él con un hilo de voz.
Con furia, Alucard aventó al joven contra la puerta, y lo amenazó con voz peligrosa, apuntándole con la varita:
- Si no te vas en este instante, o me dices quién eres de verdad, te mataré.
- Señor, escúcheme, le digo la verdad ¿Cree usted que si yo no fuera un Lestrange –preguntó sacando un colgante de entre sus extrañas ropas- tendría esto?
Ese símbolo… Alucard lo conocía bien. Eran una línea vertical rodeada por un círculo, dentro de un triángulo: el símbolo de las Reliquias de la Muerte. Y no sólo eso, de cada punta del triángulo nacía un dragón. Era el escudo Lestrange.
- ¿Cómo…? –balbuceó Alucard anonadado, pero recuperó el tono agresivo de inmediato-. ¿Cómo mierda conseguiste eso?
- Soy un Lestrange –explicó él, sosteniendo el colgante, aparentemente de oro goblin, con una mano-. Obviamente, esto no existe aún, pero pronto estará en manos de su hijo…
- ¿Cómo sabes de mi hijo? –interrumpió el vampiro a la defensiva.
- ¿De Blodwyn? Soy su bisnieto, señor.
- ¿Cómo puedes ser el bisnieto de mi hijo, si apenas tiene cuatro meses de vida? –preguntó Alucard en los límites de su paciencia.
- Vengo del futuro, señor…
- ¡Vasta ya de mentiras! –explotó Alucard y apuntando a Arcanus directamente entre los ojos exclamó- ¡Legeremens!
Arcanus estaba de pie en el abarrotado sótano de la casa… Pero qué extraño, si Alucard, que acababa de mudarse, lo tenía vacío. El joven caminó hacia un viejo cofre que había llamado su atención… “El cofre de Lestat” recordó el vampiro al verlo.
Arcanus lo abrió, revelando un revuelto contenido. Alucard ahogó un grito al reconocer su propia varita ¿Cómo podía esa varita estar ahí si él la tenía en la mano en ese momento?, También había una muy llamativa: negra, con un murciélago revelando sus colmillos tallado en el mango.
Arcanus extrajo entonces un gran pergamino con el dibujo de un árbol genealógico, firmado por la letra solemne de Paulo Lestrange Peverell, nombre que dejó al vampiro sorprendido ¿Quién era él?. Pero eso no era lo único extraño del árbol: de la rama con el nombre de “Alucard Caelicus Lestrange” descendía “Blodwyn Armand Lestrange”, de él “Roran Nergal Lestrange” y de la hija de éste, “Helena Lumoria Lestrange”, el tal “Arcanus V.A.B. Gaunt”.
¿Pero cómo era posible? ¿Acaso Arcanus tenía razón, y lo que veía eran sus recuerdos traídos desde el futuro? Y por fin Alucard comprendió: “Arcanus, el que conoce el futuro”. Aunque le costaba creerlo, al parecer Arcanus sí era su tataranieto…
De pronto, una mano en su espalda comenzó a arrastrarlo hacia atrás, y el sótano se desvaneció. Alucard aterrizó en la realidad tambaleándose y afirmado de una pared para no caer.
Ya todo estaba claro para él.
Este capítulo me gusta más (ya te lo había dicho, pero shhh!) porque tiene más acción, y presenta interrogantes y respuestas al mismo tiempo. Ideal para mantener a la gente interesada (:
ResponderEliminarGracias por dejarme participar en calidad de metiche que acomoda comas ^^
Cariños (:
"La pureza se lleva en la sangre"
Buenisimoooooooooo JAjaajja esto es lo k hace el tiempo libre XD T kiero feooooooooooo
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